Por: Julio Arcadio Gordillo Villamil
Profesor de danzas J.T.
En este tratado con orgullo de colombiano, quiero realizar un ejercicio de reflexion sobre nuestra identidad.
Como quiera que el folclor reúne todas sus manifestaciones, tradiciones y expresiones propias de los pueblos que nos hacen únicos ante el mundo. Es primordial continuar desde el trabajo de aula con la recuperación que de esta ciencia o disciplina que aún existe, y que nosotros mismos la deconocemos, la irrespetamos y, aún más, la subvaloramos.
El folclor permanentemente es manipulado, utilizado y sometido al capricho, a la improvisación y al mal uso de quienes creen que por ser “folklórico” se puede admitir cualquier simpleza para su producción.
Podría afirmarse, según este análisis, que “cualquier persona” podría realizar con calidad un hecho folclórico y no es así.
Existen a lo largo de la historia grandes hacedores, innatos del folclor, autóctonas
Folcloristas que fruto de su experiencia han dejado un legado inigualable, para proyectar una imagen irrepetible de esa colombia enraizada, pueblerina, ancestral.
No se puede desconocer en cada uno de los rincones de nuestro territorio a personajes eruditos en la materia que han querido plasmar, mantener y conservar esas producciones folclóricas, con investigaciones permanentes, escritos, grabaciones, documentos, fotografias, textos. Ellos conforman un excelente equipo de folcloricos quienes van dejando huella, para que otros continuemos con este llamamiento, con el compromiso de continuar esta labor de recuperación de los valores culturales y a la reafirmación de la autenticidad del hombre colombiano.
…Y ¿para qué carajos negar lo que somos?
Somos indígenas con aportes del hombre europeo y mezclados con costumbres del hombre africano.
¿Para qué negar lo nuestro? Vivimos “sometidos” por las costumbres extranjeras, inundados por el consumismo y la publicidad; ahogados por los ritmos de moda, disfrazados y rotulados con o por los productos de marca…”aunque la mona se vista de seda, mona se queda”….
¿Vale la pena autodesconosernos? Y entrar en sintonía con la onda in…?
Imbeciles que nos dejamos manejar como marionetas por costumbres foráneas que nos conducen al ostracismo, fuera de contexto, en vía de extinción.
No nos podemos apartar del progreso tecnológico, de la evolución global. Bienvenido todo lo que aporte o enriquezca nuestra idiosincrasia, pero con sentido crítico, no en la posición del infante…”porque sí ”. Por último, el compromiso es de respetar el folclor no como sinónimos de ordinario, bobo, bruto, inmediatista. Se debe conocer, consultar , investigar, proyectarlo con calidad.
La gran mayoría de nosotros provenimos de abuelos, padres de origen campesino y por ser cotidianos desconocemos o queremos desconocer nuestra realidad cultural, ¡que tontos!
En conclusión, al paso que vamos la historia contará que:
“Existió un maravilloso paisa, considerado en el segundó lugar a nivel mundial en producción folclórica, (nos gana mésico), con cinco grandes regiones, con todos los climas, con algo más de mil ritmos diferentes, que por la imposición cultural sistemática extranjera fueron arrasadas todas sus tradiciones”.
¡Abajo el pato donaldo!
¡Viva simón el bobito!
Profesor de danzas J.T.
En este tratado con orgullo de colombiano, quiero realizar un ejercicio de reflexion sobre nuestra identidad.
Como quiera que el folclor reúne todas sus manifestaciones, tradiciones y expresiones propias de los pueblos que nos hacen únicos ante el mundo. Es primordial continuar desde el trabajo de aula con la recuperación que de esta ciencia o disciplina que aún existe, y que nosotros mismos la deconocemos, la irrespetamos y, aún más, la subvaloramos.
El folclor permanentemente es manipulado, utilizado y sometido al capricho, a la improvisación y al mal uso de quienes creen que por ser “folklórico” se puede admitir cualquier simpleza para su producción.
Podría afirmarse, según este análisis, que “cualquier persona” podría realizar con calidad un hecho folclórico y no es así.
Existen a lo largo de la historia grandes hacedores, innatos del folclor, autóctonas
Folcloristas que fruto de su experiencia han dejado un legado inigualable, para proyectar una imagen irrepetible de esa colombia enraizada, pueblerina, ancestral.
No se puede desconocer en cada uno de los rincones de nuestro territorio a personajes eruditos en la materia que han querido plasmar, mantener y conservar esas producciones folclóricas, con investigaciones permanentes, escritos, grabaciones, documentos, fotografias, textos. Ellos conforman un excelente equipo de folcloricos quienes van dejando huella, para que otros continuemos con este llamamiento, con el compromiso de continuar esta labor de recuperación de los valores culturales y a la reafirmación de la autenticidad del hombre colombiano.
…Y ¿para qué carajos negar lo que somos?
Somos indígenas con aportes del hombre europeo y mezclados con costumbres del hombre africano.
¿Para qué negar lo nuestro? Vivimos “sometidos” por las costumbres extranjeras, inundados por el consumismo y la publicidad; ahogados por los ritmos de moda, disfrazados y rotulados con o por los productos de marca…”aunque la mona se vista de seda, mona se queda”….
¿Vale la pena autodesconosernos? Y entrar en sintonía con la onda in…?
Imbeciles que nos dejamos manejar como marionetas por costumbres foráneas que nos conducen al ostracismo, fuera de contexto, en vía de extinción.
No nos podemos apartar del progreso tecnológico, de la evolución global. Bienvenido todo lo que aporte o enriquezca nuestra idiosincrasia, pero con sentido crítico, no en la posición del infante…”porque sí ”. Por último, el compromiso es de respetar el folclor no como sinónimos de ordinario, bobo, bruto, inmediatista. Se debe conocer, consultar , investigar, proyectarlo con calidad.
La gran mayoría de nosotros provenimos de abuelos, padres de origen campesino y por ser cotidianos desconocemos o queremos desconocer nuestra realidad cultural, ¡que tontos!
En conclusión, al paso que vamos la historia contará que:
“Existió un maravilloso paisa, considerado en el segundó lugar a nivel mundial en producción folclórica, (nos gana mésico), con cinco grandes regiones, con todos los climas, con algo más de mil ritmos diferentes, que por la imposición cultural sistemática extranjera fueron arrasadas todas sus tradiciones”.
¡Abajo el pato donaldo!
¡Viva simón el bobito!
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